Sinopsis:
Aquello de un decir que identificaríamos como -iano, ¿sería una referencia, una topología, una fuente … las tres simultáneamente?
El estilo de – ha recibido muchos sentidos. Algunos le denuncian, espantadamente, sus circunloquios, falsedades evidentes, contradicciones y deslecturas. Otros le imitan, extasiadamente, complacidos que eso hará que cualquier producto sea bueno. Desde más arriba, los elucidados pregonan las Buenas Nuevas del Maestro, bajando religiosamente Sus Enseñanzas y borrando la huella de su elucidante traducción. El querer-decir sería malo, bueno o neutro según sus razones personales, interpretadas en los adornos textuales.
¡Diferencia arbitraria si hubiese alguna entre lo enseñado y la enseñanza! La cuestión se complica si, además de agregarle un enseñante, se le supone un autor muerto que sólo pudiera decirse a sí mismo. El presente libro no busca adivinar sus motivos, ni pedirle sus causas sin primero preguntar de dónde vendría la voz del resucitado. ¿Se podrá decir algo -ianamente sin recaer en la mente -iana?
El estilo de -, más bien, apuesta a interpretar las multívocas resonancias de un cuerpo de dichos que realiza al menos dos variedades con una misma enseñanza.
El estilo de – ha recibido muchos sentidos. Algunos le denuncian, espantadamente, sus circunloquios, falsedades evidentes, contradicciones y deslecturas. Otros le imitan, extasiadamente, complacidos que eso hará que cualquier producto sea bueno. Desde más arriba, los elucidados pregonan las Buenas Nuevas del Maestro, bajando religiosamente Sus Enseñanzas y borrando la huella de su elucidante traducción. El querer-decir sería malo, bueno o neutro según sus razones personales, interpretadas en los adornos textuales.
¡Diferencia arbitraria si hubiese alguna entre lo enseñado y la enseñanza! La cuestión se complica si, además de agregarle un enseñante, se le supone un autor muerto que sólo pudiera decirse a sí mismo. El presente libro no busca adivinar sus motivos, ni pedirle sus causas sin primero preguntar de dónde vendría la voz del resucitado. ¿Se podrá decir algo -ianamente sin recaer en la mente -iana?
El estilo de -, más bien, apuesta a interpretar las multívocas resonancias de un cuerpo de dichos que realiza al menos dos variedades con una misma enseñanza.